El tango fue creado en las calles de Buenos Aires. Hoy en día mantiene su carácter gracias a esa raíz urbana. En Divino Abasto buscamos nutrirnos de esta naturalidad, creando una escuela de tango tradicional que contempla a la técnica como una simple herramienta para mejorar la performance de los bailarines.
Llegar al Divino Abasto es dejar atrás el estrés del día. Los grupos son cálidos y fraternales. Las clases privadas un momento exclusivo para crecer en tranquilidad.
Los alumnos se saludan y toman una copa. Pronto comienza a sonar el tango y todos salimos a bailar. Algunos bailan hace tiempo, otros recién empiezan, pero todos bailamos. Los profesores estimulamos que los alumnos se abracen y bailen, aunque sean principiantes.
En las clases de tango buscamos aprender desde la naturalidad. Los alumnos toman conciencia de su cuerpo y reconocen que ya tienen el conocimiento para desplazarse placenteramente en las pistas. Así como caminan por la calle, así hay que bailar el tango.